Ciudad de Buenos Aires – 17 de septiembre de 2025 – Un grupo de estudiantes secundarios de la Ciudad de Buenos Aires ha presentado un innovador proyecto de ley que busca reemplazar los árboles de plátano, omnipresentes en las calles porteñas, debido al creciente número de casos de alergias relacionadas con su polen. La iniciativa, que ha generado un debate considerable entre los vecinos y expertos, argumenta que los plátanos, si bien apreciados por su sombra, son una fuente importante de alérgenos que afectan la salud pública. “Hemos visto de primera mano el impacto que tienen las alergias en nuestros compañeros y en la comunidad en general,” declaró Sofía Rodríguez, una de las líderes del proyecto estudiantil. “Las consultas médicas por alergias se han disparado en los últimos años, y los plátanos son un factor clave. Necesitamos una solución proactiva.” El proyecto de ley propone un plan de reemplazo gradual, sustituyendo los plátanos por especies nativas y no alergénicas, como el jacarandá, el ceibo o el lapacho. Se contempla un estudio exhaustivo para identificar las áreas más afectadas y priorizar el reemplazo en torno a escuelas, hospitales y centros de salud. La propuesta también incluye un programa de concientización para informar a los ciudadanos sobre los beneficios de la biodiversidad urbana y la importancia de elegir especies arbóreas que no representen un riesgo para la salud. Además, los estudiantes han realizado estudios de impacto ambiental que demuestran la viabilidad del proyecto, considerando factores como la absorción de dióxido de carbono y la resistencia a las plagas. Si bien la iniciativa ha recibido el apoyo de asociaciones de alergólogos y ambientalistas, también ha encontrado resistencia por parte de algunos sectores que argumentan que el reemplazo de los plátanos implicaría una inversión significativa y alteraría el paisaje característico de la ciudad. El proyecto de ley se encuentra actualmente en análisis en la Legislatura porteña, donde se espera un intenso debate en las próximas semanas. La decisión final podría marcar un hito en la política ambiental de la Ciudad de Buenos Aires y sentar un precedente para otras ciudades que enfrentan problemas similares relacionados con las alergias urbanas. El futuro de las calles porteñas pende, literalmente, de un hilo.